El nuevo libro del científico italiano Carlo Rovelli que nos da pistas para tratar de comprender el incomprensible misterio de la física cuántica. Y lo hace con la elegancia de un gran escritor.
Descubrí a Carlo Rovelli hace cuatro años cuando llegó la edición en español de su libro El orden del tiempo que me deslumbró y no pude dejar de releerlo y recomendarlo. Así que, como entusiasta aficionado a leer libros de divulgación científica, me hice luego también de Siete breves lecciones de física y de Y si el tiempo no existiera. Rovelli logra comunicar con palabras comprensibles para quienes no conocemos el misterio físico de la realidad. Un increíble divulgador de sus propias teorías científicas y de quienes lo precedieron.
Helgoland, su nuevo libro, se centra en la física cuántica, esa incomprensible teoría que es totalmente anti intuitiva y que, sin embargo, ha sido probada sin resquicios, nunca rebatida y que es base fundamental de toda la tecnología que usamos diariamente.
Helgoland, una isla desierta en el Mar del Norte que significa Isla Sagrada, fue el lugar en dónde en 1925 un joven de veintitrés años recluido allí para cuidarse del asma, termina de resolver la idea que venía elaborando y que es el fundamento de la mecánica cuántica que seguirá desarrollando con varios otros genios de la época. Con este título el autor rinde homenaje al gran Werner Heisenberg.
Rovelli expone poco a poco y con paciencia los diferentes aspectos, implicaciones y formas de ver de la teoría, hasta llegar al que es, quizás el meollo de su propia perspectiva: la realidad se compone de relaciones más que de cosas. El espacio, el tiempo, todo lo que existe sería una trama de relaciones múltiples en donde las cosas existen en tanto se relacionan entre sí.
Finalmente, el autor nos sorprende con una extensa y muy documentada reflexión filosófica en torno de las implicaciones de la teoría científica.
Así, Carlo Rovelli pasa de una exposición científica a una filosófica con la misma profundidad de pensamiento y con la elegante prosa de un gran escritor.
Daniel Bucciarelli
21 de mayo de 2022