Úrsula K. Le Guin es una premiada escritora contemporánea. Es autora de reconocidas obras como Un mago de terramar y La mano izquierda de la oscuridad. Es una figura clave de la literatura estadounidense una referencia central en los campos de la literatura fantástica, la ficción especulativa y la ciencia ficción.

La teoría de la bolsa de la ficción es un ensayo de 45 páginas. Úrsula afirma que contar historias es una necesidad tan antigua como la caza, pero en lugar de una lanza, -metáfora en donde se asocia a las historias épicas o que representan al héroe valeroso-, ella propone una “bolsa”, instrumento aún más necesario que una lanza ya que se utilizaba para recolección y transportar alimento, simbolizando a lo femenino, lo colectivo y lo práctico.

En la introducción “Tres mochilas en Colombia: bolsas para seguir con el problema” por Donna J. Haraway, destaca el carácter inclusivo y plural de la Bolsa de ficción, en donde no solo se se cuentan historias lineales de triunfo y fracaso si no también donde se almacenan y comparten múltiples experiencias, saberes y significados; aplaude esta metáfora como una manera de representar no solo la ficción, si no también nuestra relación con el conocimiento. Haraway invita al lector a sumergirse en este replanteamiento radical de la ficción y a valorar las historias como herramientas de resistencia y supervivencia.

Le Guin en La teoría de la bolsa de ficción argumenta que, en lugar de ver la ficción como una herramienta para transmitir grandes hazañas o valores heroicos, deberíamos considerarla como una bolsa donde almacenamos y compartimos experiencias, conocimientos y sabiduría, con este sentido, la ficción sería un espacio de contención, reflexión y donde caben múltiples historias que nutren nuestra comprensión del mundo y de nosotros. El ensayo desafía la idea predominante de la narrativa tradicional como una estructura lineal de conflicto y resolución (lo que la autora llama “narrativa del palo”) y propone un enfoque más orgánico y comunitario, la “bolsa” representa esta alternativa de contar historias, donde el contenido es más importante que el conflicto, y el proceso de narrar es visto como una actividad tan esencial y básica como la recolección de alimentos.

Este libro es una forma de repensar la forma en que escribimos y leemos ficción y revindicar las historias que no siguen la estructura tradicional del héroe y el conflicto central.

Amapro Fernández
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