María Negroni, con un talento inigualable les da voz, como un homenaje, a aquellos autores y autoras que formaron la biblioteca de su infancia y la de muchos. Veintidos correspondencias apócrifas que tranquilamente podrían haber sido reales por su carácter verosímil, forman esta obra original y única. Esta correspondencia deja en evidencia a una lectora voraz, inteligente y gran investigadora capaz de comprender la profundidad humana y transcribirla a este nuevo género literario. Cartas a algún familiar, a un gran amigo, a otro escritor de la época, y hasta a sus propios personajes de ficción. Entre mis favoritas están: la de Louisa May Alcott a Emily Dickinson, la de Heidi a su autora Johanna Spyri, la de Jules Verne a su padre, la de Edgar Allan Poe a su tutor. Cartas cortas que calan hondo, que duelen y enternecen en igual medida.

Leer este compilado de cartas constituye un acto de amor a la literatura clásica universal. Este libro es un link de acceso a releer las grandes obras del siglo XIX y XX y a descubrir aquellas que pasamos por alto. El oficio de escribir como un enigma a resolver, ¿qué los lleva a refugiarse en la cueva de la escritura? Muchas veces, la propia infancia sacudida.


Jazmín Hernández Bucciarelli
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